Los 4 Fantásticos (por fin) lo han petado
¡Qué gustazo da cuando una peli de superhéroes de los 4 fantásticos, te sorprende para bien!
La nueva entrega de Los 4 Fantásticos no solo es una carta de amor a los fans del cómic clásico, sino también un soplo de aire fresco entre tanto universo compartido saturado. Desde el primer plano, destaca una fotografía con sabor retro, paletas de color que evocan los años 60 y una dirección de arte que parece sacada de una portada de Jack Kirby… Nada que ver con lo que habíamos visto ahora y quizá es la mano de Matt Shakman, alguien a quien no teníamos en el radar pero ahora habrá que seguir muy de cerca…
La historia fluye sin pretensiones, pero con intención. Se nota mimo por el detalle, ritmo bien medido y, sobre todo, química de grupo. Reed, Sue, Johnny y Ben funcionan como equipo y como familia, sin forzar los diálogos ni caer en el chiste fácil. Cada personaje tiene su momento, su profundidad y su luz.
Y mención aparte merece Pedro Pascal, que consigue aportar carisma, presencia y una buena dosis de humor seco que equilibra la emoción con inteligencia. Un Reed Richards inesperado pero que da el pego, se lo pasa bien… y eso se transmite. (Y sí, aún puede con más franquicias.)
¿Lo mejor? No intenta reinventar nada. Simplemente hace bien lo que tiene que hacer: entretener, emocionar y dejar con ganas de más. ¿Una nueva era para Marvel? Puede. Lo que está claro es que esta vez, sí… lo han conseguido, después de algunos intentos fallidos…
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